Odio las bodas…. ya lo dije. Las odio porque soy una rubia con aires de bailarina exótica y en mis tiempos de soltería cuando iba a una boda todos llevaban pareja, ahora que tengo novio y puedo llevarlo, al hombre no le gusta bailar, así que ¿para qué voy?

A pesar de eso una tía se las ingenio para preguntarme, mientras no le ponía atención, si quería acompañarla a una boda, como de seguro les estaba escribiendo a ustedes le dije que sí y ¡oh error!, el sábado pasado tuve que cumplir mi promesa. Como no soy de bodas, no acostumbro comprar vestidos de noche, lo único parecido que tengo es un vestido de encaje blanco con tulle cortado que yo misma hice con mis manitas y que por no tener dónde usarlo, termine transformándolo en el vestido de Carrie, el Halloween pasado. Obvio, intenté ponérmelo para la boda, pero mi tía y mi mamá me dieron la cara OH NO SHE DID NOT, no eres la novia  y me regresaron.

Recordé que entre mis pertenencias tenía una blusa de lentejuelas doradas y mi falda larga, negro y dorado, más zapatillas de Rihanna, clutch y un statement necklace, ¡bam! Lista para bailar el payaso de rodeo, con los pasos que aprendí en Zumba, con todo y cambio de pie, zapatillas tacón 15 ¡Juventud divino tesoro, Britney!

Así que ya saben, en las bodas no vas a agarrar nada, por primer vez debes dejar brillar a otra (la novia), así que no te traumes si el peinado o el maquillaje no fue lo máximo, tu único objetivo es llevar zapatillas adecuadas para ser la estrella del video  cuando toquen, No rompas más.

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XOXO,

A